viernes, 18 de julio de 2008

Ocurrencias

Una vez un marciano quiso venir a la tierra y descendió precisamente en el patio de mi casa. La inmensa luz de su objeto volador alumbraba todo el espacio y estuvo a punto de enceguecerme de repente. Lo recibí asombrada y estupefacta, era la primera ocasión en que me visitaba un habitante de otro planeta. Para mi maravilla e ilusión, me dijo que otros seres de esta galaxia esperaban verme de nuevo y de pronto me inquieté: ¿De nuevo? Y me respondió: Sí, en tus sueños nos has visitado frecuentemente.
Mi nuevo amigo me prometió entonces que me ayudaría a recordar, y me invitó a subir a su nave. Observé que no tenía que esforzarse mucho para manejar, con sólo oprimir un botón el objeto se situaba en un lugar específico. Comencé a sentirme bastante tranquila y cómoda, estaba más que asustada, extasiada. Por un rato vi pasar ante mis ojos los más hermosos y anhelados panoramas. Al fin me sentí en familia, tenía la impresión de estar muy cerca del paraíso, mi paraíso, un paraíso que me pertenecía tanto como yo a él. Nos bajamos por un momento en un lugar muy bello y allí me susurró una dulce voz, al instante aparecieron brillantes luces que penetraban en mí como si fuera un espejo que las proyectara hacia la inmensidad. Para mi sorpresa y alegría entendí su lenguaje y les respondí. Aquel no era un idioma de palabras, una sensación fue suficiente para saludarlos y expresarles mi felicidad.
Ló, el marciano también ¨habló¨con ellos /ellas e hizo un gesto que entendí como ¨Hasta pronto¨. Efectivamente regresamos a la nave y volvimos a mi casa, antes de despedirnos le agradecí por ayudarme a recordar que los límites no son mi hogar, sino una posada de paso en medio de la eternidad. Desde entonces este pensamiento y el recuerdo de mi gran familia en la que se encuentra mi querido Ló no me abandonan nunca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Carrito me gustaria saber que tenias en mente cuando escribiste esta maravillosa ocurrencia, o si estabas pensando en una persona, que es lo que creo yo.
Pero genial!!! Me gusto mucho.

[sq] dijo...

Si ese Ló fuera nuestro ejemplo de un horizonte próximo, de seguro llegarías directo al paraíso, a tu paraíso, a tu verdadera felicidad, que creo estás construyendo desde ya. Por lo pronto, ese Ló, fuera de ser fantasía, permanece en tu vida, en tus sueños e incluso en tus anhelos. Ahora yo no sólo quisiera que ese Ló, sea Ló y nada más, quiero que sea Ló en todo su esplendor y palabra, que desmuestre lo que realmente tiene para dar sin temor a perder o a ganar.
Mi Ló, te adoro.