Descanso

Su más grande sueño fue volar, sin embargo, pensaba constantemente en que cuando tuviera alas no sabría hacia donde dirigirse y había cierto temor y desconfianza en aquel fuerte deseo, una sensación esperada e inesperada a la vez, porque sabía que en algún instante se sentiría liviano y listo para alzar vuelo como un ave.
Frecuentemente le asaltaba el pensamiento de quererse ir a un lugar distinto y experimentar nuevamente su nacimiento, pero sintiéndose siempre a sí, lo que era y lo que esperaba ser. Cuando se encontraba en soledad la añoranza se intensificaba y se volvió normal que pasara mucho tiempo en quietud y aparente concentración, esto comenzaron a notarlo quienes le sorprendían en medio de sus meditaciones.
Llegó el ansiado momento en una ocasión en la que sin sentir fatiga cerró los ojos en el sofá de su estrecha sala y se perdió en los rumbos más despejados de la incertidumbre y la imaginación, después de mucho tiempo de tensiones asfixiantes quiso burlarse de su paranoico estrés, sin la vigilancia del tiempo durmió profunda y prolongadamente y cuando despertó encontró todo tal y como estaba antes de soñar, pero el aire ya no era pesado, el reloj había descansado también, ahora estaba volando.