lunes, 28 de julio de 2008

Páginas llenas

Escribiendo extensamente se encontraba una tarde de septiembre, en momentos donde mentalmente establecía conexión entre ayer, hoy y después, las épocas convergían en un sinfin de palabras, las letras eran notas musicales y el tiempo ya no era una longeva línea. Su musa era una imagen imborrable, un reflejo en su espejo que cambiaba como escena pasajera en una película, veía pasar a un mismo ritmo diversos rostros y ambientes. Sus evocaciones no se detenían, se agitaba y a la misma vez descansaba, mas su melodía no se entorpecía. Pensamientos, presunciones y conclusiones, resbalaban hacia el papel, nada le interrumpió excepto un gesto de asombro y un poco de admiración, había logrado ponerse suficiente atennción, la hoja se convirtió en un lago cristalino donde veía gozosamente reflejada aquella musa, su propia imagen.

1 comentarios:

[sq] dijo...

No tendrìa sentido hablar en una redundante totalidad, de unas páginas llenas, porque no están llenas!, no y no.
No están llenas porque ni siquiera se han empezado a llenar, sólo hay un esbozo de cómo podrían llenarse, de cómo podría ser ese ambiente recreado, que no siendo nuestra vida terrenal solamente, si incluye nuestro ideal personal.
Dentro de poco, creo, empezarán a llenarse, claro, las páginas a las que me refiero, las páginas no del pensamiento, ni de los sentimientos... las páginas de esa realización omnipotente que empezará a dibujar nuestro camino a la felicidad... o la misma felicidad, según la pasión, cierto?