He encontrado ayer en el olvidado cuarto de las cosas de ¨por si acaso¨ en mi casa, dos tesoros que no esperaba hallar allí, una, la llave de la vieja caja de mi padre y la otra sorpresa, un antiguo portarretratos de propiedad de mi abuela, su madre. Este hallazgo representó un gran valor para mí. Busqué rápidamente la caja y la abrí, sentía algo especial, la impresión de que por fin descubriría aquellas fuentes de donde él extraía sus sensatas conclusiones y el lugar en el que reposaban las semillas de su actitud siempre observadora ante la vida.
Cuando logré abrirla, con júbilo empecé a sacar hojas sueltas, esferos, libros e imágenes. Examinarlos iba a ser una cuestión de días, tenía toda la intención de entregar mi tiempo a aquella deleitante labor de escudriñar y encontrar. Comencé entonces a examinar textos con reflexiones y enigmas, empecé a hallar respuestas y preguntas. Con respecto a mi padre, siempre sigiloso, pensé que esperaba como yo por los grandes cambios, y que inició una búsqueda interior, aunque por su inesperada y temprana partida no pude conocer más profundamente cuál era su verdadera percepción de la existencia.
Aquel día, el del hallazgo, terminé con los ojos fatigados, la mente activa y el corazón inquieto. Pensé en contarle a mi hermana, quien habló mucho con él sobre sus lecturas. Me alegró haber descubierto una pieza tan valiosa, cuando pretendía precisamente sacar objetos útiles y olvidados, la clave era pues, el retorno hacia la imagen de quien me había dado tanto, que no lo alcanzaba a dimensionar y no significaba solamente el viaje hacia su recuerdo, se trataba de una valiosa pista a las respuestas que tanto busco.
Cuando logré abrirla, con júbilo empecé a sacar hojas sueltas, esferos, libros e imágenes. Examinarlos iba a ser una cuestión de días, tenía toda la intención de entregar mi tiempo a aquella deleitante labor de escudriñar y encontrar. Comencé entonces a examinar textos con reflexiones y enigmas, empecé a hallar respuestas y preguntas. Con respecto a mi padre, siempre sigiloso, pensé que esperaba como yo por los grandes cambios, y que inició una búsqueda interior, aunque por su inesperada y temprana partida no pude conocer más profundamente cuál era su verdadera percepción de la existencia.
Aquel día, el del hallazgo, terminé con los ojos fatigados, la mente activa y el corazón inquieto. Pensé en contarle a mi hermana, quien habló mucho con él sobre sus lecturas. Me alegró haber descubierto una pieza tan valiosa, cuando pretendía precisamente sacar objetos útiles y olvidados, la clave era pues, el retorno hacia la imagen de quien me había dado tanto, que no lo alcanzaba a dimensionar y no significaba solamente el viaje hacia su recuerdo, se trataba de una valiosa pista a las respuestas que tanto busco.
2 comentarios:
Me parece Maravilloso este texto, desde su inicio hasta su final. Me encanta, me hace feliz, me llena, me satisface, me llena de nostalgia, de duda, de incomprensión...
Todavía espero seguir ecudriñando no tu tesoro encontrado, sino el que queda aún por encontrar, que en textos como estos, se desnuda y me hace... sollozar...
Quiero preguntarme sin parar cuál es tu ideal y el camino hacia donde vas!!!
Carrito, y estoy segura que cada dia que pasa de tu vida, vas a seguir encontrando respuestas a todas las pregunras que tienes, porque ese ser que tanto amas y adimiras, siempre va a estar contigo.
Te quiero mucho!!!
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