Simplemente, como la disposición al levantarse luego de dormir mucho tiempo, el deseo de encontrar novedades en el mundo que se ha dejado en el sueño, esa experiencia donde el cuerpo se entrega al descanso mientras nuestro timón sigue funcionando. Alzar vuelo, la liviandad permite ir hacia el infinito sin agonizar y mantenerse allí en la inmensidad, es una condición natural pese a que nos consideramos resistentes en todos los sentidos, creemos en la dimensión de un presente concreto y perecedero como si estuviéramos arrojados en la realidad y presos durante una vida que por supuesto, está pintada de dualidad. Abrirse, permitirse, elevarse, despejarse, todo ello atributo del escenario de la naturaleza, da alas a la mente humana, no la enajena del panorama de sufrimiento y desarmonía que observa junto a la paz, circunstancia similar a tocar superficie mientras se sale del pantano, preámbulo del vuelo.
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1 comentarios:
Pues a ver... de esos pantanos de los que uno no cree volver a salir, de hecho, yo por ejm no comprendendo como he podido salir de alguno de ellos...
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