En un lugar cercano a aquí sucedió un hecho sorprendente para quienes vivían en su costumbre y se encerraban en su rutina, una mujer parió a un ángel. Muchos se preguntaron si era el comienzo del fin, si Dios había enviado un mensajero tal como Cristo, si eran un poblado elegido para salvar al mundo o salvarse a sí mismo. Suposiciones apocalípticas se esparcieron por este lugar luego de la alucinante noticia, algo maravilloso y al tiempo, misterioso.
Los provincianos sintieron la presencia angelical desde el momento mismo del nacimiento de la bella criatura, su madre salía siempre a darle un poco de luz natural muy temprano y no existió jornada en la que los ojos impávidos de la gente dejaran de apuntar al dúo enigmático que formaban ella y su hija. Pues bien, la hermosa bebé apenas se asomó al mundo mostró ante el asombro de los presentes una sonrisa que los contagió e inundó aquel recinto con aire celestial. Los días siguientes, cuando la madre fue a casa comenzó a recibir visitas de masas cual peregrinación, acudían a mirar a la niña cuya belleza hipnotizaba la vista, su rostro alegre devolvía el bienestar a quien iba acongojado, aquellos que entraban salían transformados. De su don tan espontáneo recibió el apelativo de ángel y comenzó a comparársele con los retratos de los sobrenaturales seres, a la madre se le veía más serena que antes de dar a luz, era la menos sugestionada, detalle que intensificaba el tono fantástico de la historia.
El misterio llegó hasta oídos religiosos y medios de comunicación, la pequeña comenzaba a dar sus primeros pasos y seguía siendo visitada, no dejaba de sonreír y sorprender. Cumplidos sus cuatro años no volvió a ser vista jamás, la madre emigró y el poblado se quedó sin noticias de ambas. Es una historia por siempre recordada y aunque sembró incógnita imperecedera en las personas, dejó en aquel lugar la sublimidad de haber sido visitado por un ángel.
Los provincianos sintieron la presencia angelical desde el momento mismo del nacimiento de la bella criatura, su madre salía siempre a darle un poco de luz natural muy temprano y no existió jornada en la que los ojos impávidos de la gente dejaran de apuntar al dúo enigmático que formaban ella y su hija. Pues bien, la hermosa bebé apenas se asomó al mundo mostró ante el asombro de los presentes una sonrisa que los contagió e inundó aquel recinto con aire celestial. Los días siguientes, cuando la madre fue a casa comenzó a recibir visitas de masas cual peregrinación, acudían a mirar a la niña cuya belleza hipnotizaba la vista, su rostro alegre devolvía el bienestar a quien iba acongojado, aquellos que entraban salían transformados. De su don tan espontáneo recibió el apelativo de ángel y comenzó a comparársele con los retratos de los sobrenaturales seres, a la madre se le veía más serena que antes de dar a luz, era la menos sugestionada, detalle que intensificaba el tono fantástico de la historia.
El misterio llegó hasta oídos religiosos y medios de comunicación, la pequeña comenzaba a dar sus primeros pasos y seguía siendo visitada, no dejaba de sonreír y sorprender. Cumplidos sus cuatro años no volvió a ser vista jamás, la madre emigró y el poblado se quedó sin noticias de ambas. Es una historia por siempre recordada y aunque sembró incógnita imperecedera en las personas, dejó en aquel lugar la sublimidad de haber sido visitado por un ángel.
1 comentarios:
...como de alguna manera pasó con quien hoy es el motivo más grande, de las grandes corrientes ideológicas espirituales, comúnmente llamadas religiones...
Me gusta tu posición visionaria de las cosas, donde no necesariamente debe haber una línea del tiempo proporcional a un espacio para que puedan presentarse en un mismo universo detalles tan espléndidos y correlacionados...
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