Constantes, con júbilo y marcha apacible iban de la mano desafiando al sofocante calor de la tarde sin esquivarle, con la tranquilidad de quien a buen paso se aventura a conocer recorriendo caminos y se sobrepone por dentro a cualquier dificultad. Era una de tantas veces que prefirieron pasear caminando y disfrutando de los atractivos del amplio horizonte que se abría a sus deseos.
La fatiga no fue señal de desasosiego, parecían incansables, sublimadamente, invencibles. Sus fuerzas se nutrían por los anhelos regocijadores de compartir y gozar de la compañía que mutuamente se brindaban, la fortuna de ser ambos, seres dispuestos a la plenitud de dar al presente valor de eternidad y creatividad inagotable. Sí, dos caminantes, dos luces que a la par destellaban, brillaban con calidez y propagaban su luz como eco que ahora emito desde palabras escurridizas pero profundas.
La fatiga no fue señal de desasosiego, parecían incansables, sublimadamente, invencibles. Sus fuerzas se nutrían por los anhelos regocijadores de compartir y gozar de la compañía que mutuamente se brindaban, la fortuna de ser ambos, seres dispuestos a la plenitud de dar al presente valor de eternidad y creatividad inagotable. Sí, dos caminantes, dos luces que a la par destellaban, brillaban con calidez y propagaban su luz como eco que ahora emito desde palabras escurridizas pero profundas.
2 comentarios:
Es tan díficil encontrar ese goce del que hablas, pero es difícil en la medida en que no haya nadie para que sea posible... también es difícil que dos personas se sobrepongan al tiempo, al cansancio y a las mil y una variables que giran en contra de un encuentro... me pregunto si a lo mejor, ese alguien podría dedicar tiempo de esta manera...
Pienso que la vida se nos hace mas facil cuando encontramos con quien caminar, a esa persona que nos apoye, que comparte nuestras alegrias y tristezas, que nos entiende...que nos quiere, es por eso que esa luz que cada uno tiene, se vuelve mas fuerte al encontrarse con este ser.
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